Este año, nuestra capilla se ha adornado con un nuevo catre, creado con mucho cariño por el Padre Guillaume y el Hermano Rafael. Su trabajo paciente, discreto y fraternal ha dado un nuevo aspecto a nuestro lugar de oración en vísperas de la Natividad. Queremos agradecerles calurosamente este servicio a la comunidad de fe de nuestro santuario: con su compromiso, nos ayudan a entrar más plenamente en el misterio de la presencia de Dios en el corazón de nuestra vida cotidiana.
Una antigua tradición que sigue muy viva
La cuna de Navidad tiene su origen en el siglo XIII, cuando San Francisco de Asís, en 1223, organizó una representación viviente de la Natividad en Greccio. Francisco quería permitir al pueblo contemplar
Incluso hoy, poner un catre es una forma de recordar aquella noche de Belén, en la que Dios eligió la pobreza, la sencillez y la fragilidad para revelarse.
Un mensaje espiritual para todos nosotros
El catre no es un adorno: es un lugar para la contemplación. Cada personaje dice algo sobre el misterio cristiano:
- El Niño Jesús, acostado en el pesebre, nos recuerda que el Señor se da a sí mismo como alimento y viene a vivir en nuestra pobreza.
- María, presencia silenciosa y confiada, acoge la Palabra y la guarda en su corazón.
- José, el guardián fiel, encarna la protección, la obediencia y la disponibilidad.
- Los pastores, los primeros testigos, nos recuerdan que el Evangelio es ante todo para los sencillos y los pobres.
- Los ángeles, mensajeros de la alegría divina, proclaman todavía hoy: «¡Gloria a Dios en las alturas!
- Los Magos, en su camino desde lejos, simbolizan la búsqueda universal de Dios y la ofrenda de nuestros talentos.
La cuna que contemplamos en nuestra capilla es, por tanto, una invitación espiritual: a volver a lo esencial, a ver a Dios acercarse, a confiar nuestras familias, nuestras misiones y aquellos a quienes servimos a la luz de la Natividad.
Esta cuna se convierte en un camino de esperanza para todos y cada uno de nosotros durante este tiempo de Adviento. Que esta obra fraterna nos acompañe hacia la Navidad, en la paz, la sencillez y la alegría de Aquel que Viene.



